Bajo tierra, a 300 metros de profundidad, en una zona fría y húmeda, caminan dos mineros por un largo y oscuro pasillo, quienes laboran en minera Capela, una de las empresas más importantes a nivel mundial en la explotación de zinc, cobre y plomo.
Con casco blanco, botas negras, overol naranja, lámpara, equipo de protección, acompañados del sonido del agua y las piedras, los trabajadores recorren el lugar mientras explican a un pequeño grupo de periodistas ciertas áreas de la mina.
En uno de los pasillos está una pequeña capilla de la Virgen de Guadalupe, pues las y los mineros se encomiendan a ella para que los proteja de cualquier percance, como derrumbes e incendios.
Minera Capela, obtiene al año alrededor de 60 mil toneladas de concentrado de zinc, está ubicada en el municipio de Teloloapan, Guerrero y se caracteriza por sus estrictas medidas de seguridad y cuidado al medio ambiente, la participación de la mujer en labores mineras y por brindar educación a jóvenes egresados del Centro de Estudios Técnicos (Cetlar), quienes regresan a trabajar a sus comunidades cercanas a la mina.
En cuanto a seguridad, minera Capela, propiedad de Industrias Peñoles, tiene cuatro refugios para albergar a 100, 50, 20 y 20 personas respectivamente, explicó uno de los mineros que labora en el lugar.
Los sitios están comunicados con el Centro de Operaciones Seguras de la mina, además, hay cámaras, sistema de radio y teléfono, los cuales son operados desde la superficie para informar la situación en la cual están las y los refugiados.