A pesar de haber sido uno de los primeros países de la región en actuar contra el coronavirus, Ecuador hoy se ve sobrepasada por el alto nivel de contagios y de mortalidad. Por ello, su presidente Lenin Moreno, ha adoptado medidas como el cese de actividades que no sean esenciales. ¿Qué pasa entonces con la minería ecuatoriana en tiempos de pandemia?
Según el presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cámaras de la Producción de Ecuador, Pablo Zambrano, alrededor del 80% de la producción del país está paralizada.
La excepción son los sectores estratégicos de petróleo y electricidad; mientras que las minas mantienen operaciones mínimas y las exportaciones sufren restricciones propias del escenario internacional en medio de la pandemia, indicó Zambrano.
Por ejemplo, la compañía canadiense Lundin Gold, tuvo que cesar temporalmente sus operaciones en la mina de oro Fruta del Norte ubicada en Zamora Chinchipe.
Por su parte, la empresa ECSA mantiene actividades muy reducidas en su yacimiento cuprífero Mirador. Mientras que, la compañía SolGold ha recortado sus operaciones a sólo lo mínimo en su proyecto de oro y cobre Cascabel. Este proyecto se cree que es uno de los sistemas de pórfido de cobre y oro más grandes jamás descubiertos.
El analista económico, Walter Spurrier, dijo que la minería ecuatoriana sería capaz de levantarse por su catastro de proyectos.
“La minería ecuatoriana tiene un potencial mayor que Perú, aunque no parece muy convencido de que pueda ser una gran fuente de ingresos. El país debe dar garantías a los inversionistas para aprovechar todo el potencial. Es un contrasentido no permitir el desarrollo del sector”, manifestó Spurrier.
El analista espera que el gobierno abra el catastro minero y apruebe los planes ambientales pendientes para algunas empresas mineras.
“Habrá quien encuentre oportunidades en el nuevo catastro”, destacó Spurrier.
La nación andina ha atraído una gran cantidad de interés de las grandes mineras ansiosos por aumentar su exposición al cobre. El metal altamente conductivo tiene demanda para su uso en energía renovable y vehículos eléctricos, pero los grandes depósitos nuevos son raros.
El país ha estado avanzando con planes para pasar de un punto de acceso de explorador a exportador de minería. Su única mina de cobre a gran escala envió su primer cargamento grande en noviembre.
Antes de lo ocurrido por la pandemia, el país sudamericano esperaba atraer $ 3.7 mil millones en inversiones mineras entre 2019 y 2020, un aumento significativo de los $ 270 millones que recibió en 2018.