La región de Arequipa se encuentra en una etapa crucial de su desarrollo minero, con cerca de 1,500 concesiones en proceso de evaluación y un total de 1,670 Instrumentos de Gestión Ambiental y Fiscalización (IGAFOM) emitidos en lo que va del año para formalizar actividades de pequeña minería y minería artesanal. Este avance no solo representa un esfuerzo por regularizar un sector esencial de la economía local, sino también una oportunidad significativa para mejorar las condiciones laborales de las familias involucradas en estas actividades productivas.
Como parte del esfuerzo de formalización, la subgerencia de Calidad Ambiental de la Gerencia Regional Ambiental de Arequipa ha llevado a cabo inspecciones técnicas en el distrito de Mariano Nicolás Valcárcel, en la provincia de Camaná. Estas inspecciones son esenciales para validar la información proporcionada por los mineros en sus solicitudes de IGAFOM, asegurando que las prácticas mineras se alineen con las normativas ambientales vigentes. Jacob Aldana Salazar, subgerente de Calidad Ambiental, ha liderado un equipo técnico en la evaluación de aspectos cruciales como bocaminas, canchas de desmonte y la disposición adecuada de residuos sólidos.
“Durante la inspección, constatamos el estado de los puntos de monitoreo y evaluamos el impacto ambiental que genera la extracción de minerales en la zona”, comentó Aldana. Este tipo de trabajo técnico es vital para garantizar que las actividades mineras no solo sean sostenibles, sino también beneficiosas para la comunidad y el medio ambiente. La zona de Camaná respira un ánimo de cambio y responsabilidad, donde la formalización se está convirtiendo en la llave para abrir nuevas oportunidades.
El IGAFOM, andamiaje normativo clave aprobado bajo el Decreto Legislativo n.º 1336-2017, actúa como un instrumento de gestión ambiental orientado a facilitar la formalización integral de la minería. Si bien el proceso sigue en marcha, los recientes avances son un mensaje claro de que Arequipa está lista para enfrentar los desafíos del sector y mejorar la calidad de vida de sus mineros. Con un fuerte compromiso hacia la sostenibilidad y la formalización, Arequipa se perfila como un modelo para otras regiones mineras del país.