Avances Prometedores y Oportunidades para Cajamarca
El ambicioso Proyecto Michiquillay, llevado a cabo por Southern Copper Corporation, ha alcanzado un avance notable del 30% en su exploración al 30 de junio de 2024. Este proyecto minero de clase mundial, ubicado en Cajamarca, posee recursos minerales inferidos que superan los 2,288 millones de toneladas, con una ley de mineral estimada en 0.63%. Con inversiones proyectadas de aproximadamente $2,500 millones, se espera que Michiquillay no solo transforme el paisaje minero de la región, sino que también genere un impacto económico significativo, creando nuevos puestos de trabajo y aportando regalías a los gobiernos local, regional y nacional.
Durante este primer semestre, la compañía ha perforado exitosamente 104,000 metros, y ha obtenido casi 34,000 muestras para análisis químicos, en un programa total que contempla 148,000 metros de exploración. Este mes, los estudios hidrogeológicos darán inicio, seguidos en agosto por los estudios geotécnicos y la evaluación de pruebas metalúrgicas. Estos esfuerzos continuos vislumbran un camino claro hacia un levantamiento efectivo de los recursos, garantizando que la información obtenida mediante la perforación diamantina se traduzca en un modelado geológico preciso y en la interpretación de secciones vitales.
La firma del contrato por la adquisición del Proyecto Michiquillay en junio de 2018 marcó un hito importante en la historia de Southern Copper. Con la expectativa de producir 225,000 toneladas de cobre al año, así como subproductos como molibdeno, oro y plata, el desarrollo de esta mina representa no solo una inversión en recursos naturales, sino también un compromiso con el desarrollo sostenible en la región de Cajamarca. Este proyecto, una vez en operación, está diseñado para funcionar durante más de 25 años, garantizando una extracción responsable y sostenida de minerales.
El enfoque de Southern Copper en la vigilancia ambiental también destaca la importancia de mantener estándares ecológicos estrictos. Con la reciente aprobación del Primer Informe Técnico Sustentatorio del Estudio de Impacto Ambiental y el seguimiento continuo de la calidad del aire y agua, la empresa ha puesto en práctica un modelo de transparencia y responsabilidad en su operación. La colaboración con autoridades locales y miembros del Comité de Monitoreo y Vigilancia Ambiental Participativo es un pilar fundamental que asegura que el desarrollo minero beneficie a la comunidad y respete el entorno natural. El futuro de Michiquillay, con su promesa de crecimiento y sostenibilidad, resuena como una oportunidad única en el horizonte minero de Perú.