Residentes enojados en las regiones andina y amazónica de Perú han atacado a tres empresas del sector minero y petrolero en la última semana, dos de las cuales se vieron obligadas a detener sus operaciones después de enfrentamientos mortales, cuando una segunda ola de infecciones por covid-19 golpea el país.
La razón principal: la demanda de ayuda económica y asistencia sanitaria durante la pandemia, que ha puesto de relieve las marcadas divisiones entre los ricos y, a menudo, los pobres de las zonas rurales del país, el segundo mayor productor mundial de cobre.
Según un informe de la Defensoría del Pueblo del domingo, hubo 162 protestas sociales vinculadas al covid-19 en Perú en junio y julio, la mayoría relacionadas con la salud pública y solicitudes de ayuda, incluidas 16 vinculadas al motor de la economía del país: el sector minero.
Hubo 326 casos de disturbios relacionados con el coronavirus entre marzo, cuando surgió la pandemia en Perú, y finales de mayo, mostró un informe anterior.
El domingo, tres indígenas de la región amazónica murieron y 17 personas resultaron heridas, incluidos residentes y policías, luego de que los manifestantes que querían detener la producción en un campo petrolero operado por PetroTal de Canadá se enfrentaran con las fuerzas de seguridad.
Otra protesta, sobre la mina de cobre Antapaccay, propiedad de Glencore, se resolvió luego de un acuerdo con la ciudad local, según el cual cada residente recibirá una tarjeta de compras de $ 285 para alimentos, medicamentos, ropa y educación.
Antapaccay también se comprometió a financiar una planta de oxígeno medicinal. El oxígeno medicinal, clave para el tratamiento de los pacientes con covid-19 que padecen insuficiencia respiratoria, ha sido declarado por el gobierno como un producto de “interés nacional” debido a su escasez, alta demanda y precio en el mercado.
Perú tiene el séptimo mayor recuento de casos confirmados de coronavirus en el mundo, con más de 478.000 casos y más de 21.000 muertes. Los casos diarios se han disparado drásticamente en las últimas semanas en una segunda ola después de que el país redujo las restricciones de bloqueo.
“Estamos en una situación extremadamente crítica”, dijo Gutiérrez. «Los números son indicadores alarmantes».
El aumento de las tensiones sociales se produce cuando el presidente Martín Vizcarra busca salir de una crisis política luego de verse obligado a reemplazar a su primer ministro, el segundo en tres semanas, luego de una revuelta del Congreso dominado por la oposición.