Roque Benavides, visionario líder del Directorio en Compañía de Minas Buenaventura, proclama con audacia que el cobre está destinado a un futuro resplandeciente en nuestro país, impulsado por las energías alternativas que marcan una nueva era. La adquisición fulgurante del 19% de las acciones de Buenaventura por parte de Antofagasta no es simplemente un movimiento estratégico, sino un reconocimiento contundente del atractivo excepcional que encierran los proyectos Trapiche (Apurímac) y Coimolache Sulfurus (Cajamarca).
En una jugada que desafía los límites, la poderosa Antofagasta plc, del Grupo Luksic y controladora de Antofagasta Minerals, ha sellado su destino con Buenaventura, asegurando el 19% de las acciones la semana pasada. Coimolache, un proyecto de oro a tajo abierto operado por Buenaventura desde 2011, y Trapiche, un proyecto de cobre revelado en 1993, emergen como gemas preciosas en el panorama minero.
Benavides, hábil estratega, no solo destaca la cartera de proyectos, sino que revela que la operación con Antofagasta Minerals ha desatado una frenesí en el precio de las acciones de Buenaventura en días recientes. En una entrevista electrizante con el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), declara con convicción que Antofagasta ve en Buenaventura una oportunidad única para desarrollarse e ingresar al mercado peruano.
En ese espíritu, comparte emocionado sobre su primera reunión con Jean-Paul Luksic, presidente de Antofagasta Minerals, y otros líderes de la empresa chilena, quienes ratificaron su profundo interés en el cobre nacional. «Antofagasta Minerals produce 600 mil toneladas de cobre al año y es una empresa con una tradición minera venerada. Tengo la mejor impresión de ellos, y estoy seguro de que será una contribución invaluable para Compañía de Minas Buenaventura. Trabajaremos con la amplitud y la dedicación que nos caracteriza», puntualiza con firmeza.
En cuanto al futuro del cobre, Benavides, con miras agudas, predice un panorama promisorio para Perú. Con la proliferación de vehículos eléctricos, cuyo consumo de cobre supera en cuatro veces a los vehículos de combustión, las energías alternativas se perfilan como una oportunidad sin precedentes. «En 6, 7 u 8 años, la demanda de cobre superará la oferta mundial. Creemos fervientemente que el cobre tiene un futuro tan deslumbrante como el oro, y eso es de vital importancia», expresa con convicción ante el IIMP.
Además, resalta la ventaja estratégica de Perú en comparación con Chile, ya que cuenta con una abundancia de yacimientos de cobre. «Chile produce actualmente 6 millones de toneladas de cobre al año, mientras que nosotros producimos 2.7 millones, pero Perú alberga muchos más proyectos de cobre que Chile. La verdad es que el mercado del cobre se presenta excepcionalmente promisorio», subraya con orgullo y confianza. El brillo del cobre en Perú resuena con una fuerza imparable.