Imagine, por así decirlo, a un hombre con la cara roja y brillante… a primera vista, podría pensar que goza de excelente salud, incluso resplandeciente… y, por otro lado, podría sugerir que tiene fiebre… dos interpretaciones completamente opuestas de los mismos hechos… así que para decidir, recurres al contexto. Lo mismo podría decirse de los mercados financieros. La inflación puede indicar una economía robusta o también podría indicar problemas. Lo mismo podría decirse de los rendimientos de los bonos.
A primera vista (juego de palabras), el declive del oro parece deberse a que ha mantenido una relación binaria inversa a largo plazo con la disminución de los rendimientos de los bonos (con un coeficiente de correlación de más de 90%) y el reciente repunte en el 10 tasa anual ha provocado 120 toneladas de la venta de ETF por parte de instituciones occidentales hasta la fecha (o el 3,6% de las tenencias totales)… pero tal vez los mercados estén malinterpretando los eventos.
Si no recibiste el memorándum sobre el comienzo de una nueva carrera alcista del oro en el tercer trimestre 1970, entonces esta es tu última llamada.
Pero, por supuesto, no todo se trata de bonos. El dólar ha estado alborotado con el USDX en su punto más alto durante casi un año. A fines del año pasado, habría tenido problemas para encontrar un dólar alcista y la aversión era tan universal que la operación corta en dólares era posiblemente la más concurrida. Como contrario me preocupó entonces… y ha sucedido.
El mercado ha infligido la mayor cantidad de daño al mayor número de participantes y el repunte de cobertura corta en el dólar ha acumulado dolor además de miseria para los amantes del oro. Nuevamente… por razones fundamentales, el resultado erróneo.
Entonces, dónde nos deja eso … ? Bueno, en primer lugar, en los niveles actuales, el oro parece ser un robo absoluto. Si no recibiste el memorándum sobre el comienzo de una nueva carrera alcista del oro en el tercer trimestre 1970, entonces esta es tu última llamada.
A fin de cuentas, el precio de mercado actual parece un buen punto de entrada.
Sin embargo, para ser honesto, el camino a seguir tampoco está del todo claro. Las cosas dependen de cómo los banqueros centrales naveguen por la delgada línea entre dos grandes peligros… entre la proverbial Escila y Caribdis, si se quiere. Por un lado está la austeridad y una economía atascada que lucha por sacudirse los efectos de la respuesta política al covid, y por el otro está la inflación y el sobrecalentamiento.